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EuroJazz 2011

Por : Karen Vega Orozco

 

El concierto aún no comenzaba, pero a pesar de esto el ambiente del Centro Nacional de las Artes ya se llenaba poco a poco de música, gracias a las pruebas de sonido del grupo Lesní Zver, participantes en esta ocasión en el EuroJazz y procedentes de República Checa.

Mientras probaban sus instrumentos, el público formaba una larga fila para poder conseguir un buen lugar cerca del escenario y así no perder detalle de cada movimiento y sonido emitido por parte de este grupo de jazz.

No había asientos, así que la gente decidió sentarse en el seco pasto, alrededor del escenario, sin importar que su ropa se ensuciara; esto era lo de menos, ellos sólo esperaban un buen concierto, lleno de ritmo y pasión.

¡Primera llamada! Anunció un hombre con voz fuerte, acción que enloqueció a los asistentes, que aún eran pocos.

¡Segunda llamada! Se volvió a escuchar, lo que nuevamente alborotó al público impaciente, que comenzó a silbar, esperando la hora en que iniciara el esperado concierto.

¡Tercera llamada, comenzamos! Estas fueron las palabras que hicieron que el público aplaudiera eufóricamente.

Los anhelados músicos salieron al escenario, llenos de ovaciones y con una gran sonrisa en el rostro. Pronunciaron una frase en español para los asistentes y después pidieron disculpas en inglés ya que no sabían hablar el idioma de los presentes y tendrían que mostrar sus canciones en su habla.

El tecladista comenzó a tocar, le siguió el de la batería y posteriormente una voz se dejó escuchar. El ritmo era muy envolvente, el público aplaudía y no dejaban de mover sus cabezas y pies tratando de seguir el compás, simplemente dejándose llevar por los sonidos.

La emoción desbordaba a cada uno de los integrantes de este grupo, ya que cada uno se apasionaba tanto con su instrumento que hacia parecer que improvisaban, se levantaban de sus asientos, disfrutaban realmente lo que tocaban, este ánimo y frenesí, se la transmitían a sus fans, que junto con ellos se alborotaban y disfrutaban.

Para la cuarta y quinta canción los asistentes habían aumentado bastante, las personas inundaron las ares verdes del Centro Nacional de las Artes, unos de pie, otros sentados, pero todos escuchando un muy buen concierto de jazz que estaba satisfaciendo sus expectativas y su sed de música.

Los músicos no dejaban de interactuar con su público, cada que podían hablaban con ellos en inglés; los que les entendían se reían con ellos o les aplaudían, mientras los que no, sólo seguían a la multitud. Al final de cada canción hacían una pequeña presentación de la siguiente, contando una anécdota de ella, y así comenzaban a tocar.

El concierto se extendió por más de hora y media, tiempo que valió mucho la pena para los asistentes, que al final se retiraron satisfechos e impregnados con la música.

En esta ocasión el EuroJazz fue todo un éxito, reunió demasiada gente amante de este ritmo y que sabe disfrutar de un concierto al aire libre, los lleno de música y por supuesto de cultura.